miércoles, 10 de mayo de 2017

Más unión y menos violencia entre hermanos, ¡Venezuela somos todos!

   Así como nunca estuve de acuerdo que un gobierno pretendiera meternos  a la fuerzas sus ideas comunistas y enviar a la cárcel a quienes se resistieran a aceptarlas, tampoco puedo estarlo con unos cuantos dirigentes de la oposición que sólo buscan conceder privilegio a los intereses de los partidos políticos que ellos representan. Estos dirigentes políticos en vez de tener amor por salvar al país, tienen una pasión por el poder, siendo su eslogan: “Quítate tú para ponerme yo”. Asimismo, quieren  incitar al pueblo para que realicen actos vandálicos, tales como: destrozar sedes de instituciones del Estado, realizar saqueos, colocar guayas para degollar motorizados, provocar a los cuerpos de seguridad, lanzándole piedras y bombas de excrementos, para que estos respondan con más violencia, comenzando  con lluvias de bombas lacrimógenas y terminando con disparos de perdigones y armas de fuego, convirtiéndose las manifestaciones en toda una zona de guerra.
   Quería puntualizar todo esto, para hacer un llamado a la reflexión, mi intención no es que se atemoricen y se queden en sus casas. Tristemente debo aceptar que a veces no queda más opción que usar la violencia para defender nuestros derechos, pero debe existir un buen plan, si no lograremos traer más caos, prácticamente nos hemos estado lanzando al suicidio. Y es que por un lado, tenemos a nuestra policía y a nuestra fuerza armada secuestrada. Por el otro, los llamados “pranes” y los diferentes colectivos armados, amenazan a diario con salir a las calles a masacrar a quienes manifiesten querer tumbar a Maduro del poder. También está la gente que vivía en pobreza extrema, a quienes se les malacostumbró a que les regalaran las cosas; a estas personas se les enseñó a odiar y a culpar a los “ricos” de ser los causantes de que existan pobres en el país, les hicieron creer que el socialismo era la mejor solución a sus problemas, fueron engañados por su ignorancia y los condenaron a permanecer pasivos para que siguieran recibiendo los beneficios del Estado. 
    Cómo pretendemos que aquellos que fueron adoctrinados por las ideas marxistas, vayan a preferir unirse a los que queremos un cambio en el país, si algunos grupos protestantes mantienen una actitud vandálica y amenazante. ¿No creen que sea más sano y más inteligente trabajar en despertar la conciencia de aquellos que aún apoya este régimen? ¿No son acaso también nuestros hermanos? Si cambiamos y hacemos las cosas bien seguramente, seamos el ejemplo para ellos. Si seguimos perdiendo el tiempo, enfrentándonos entre hermanos, nos seguirán llevando la delantera. Debemos más bien unirnos todos como nación: hombres y mujeres, negros y blancos, ricos y pobres, obreros y empresarios, maestros y educandos, ciudadanos comunes, nuestro cuerpo de seguridad y defensa nacional.
   Se debe diseñar una verdadera estrategia con objetivos claros y puntuales para no desviarnos, de esta manera podremos luchar por el mayor de los objetivos: ¡ELIMINAR TODA REPRESIÓN Y RECUPERAR LA VERDADERA SOBERANÍA DEL PUEBLO! Ya con ella garantizada, podemos lograr las demás cosas.
    Y si el enemigo por razones de superioridad tecnológica, usa sus armas en contra de un pueblo unido, podemos perder la guerra, más nunca la moral…pues ganaremos nuestro lugar en la historia, tal como lo hicieron los yaquis y mayas, quienes fueron conocidos por ser las últimas etnias que grabaron con sangre la más grande lección de dignidad, que bien vale ofrecer la vida luchando por la tierra y la libertad.

     Recuerden Alemania Oriental en 1989; los comunistas parecían indestructibles, hasta que salió todo el mundo a las calles y en dos días se acabó todo.

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